Falta de transporte alternativo en la ciudad de Lima
Según Flores Ponce (2016), Lima, actualmente, es la tercera ciudad con el peor tráfico vehicular del mundo. En gran parte, este problema se debe a la sobrepoblación de vehículos y a la paupérrima organización de las vías de la ciudad. Esta situación se origina, porque la mayoría prefiere usar transporte público o particular para movilizarse, incluso sabiendo que existen otros tipos de transportes alternativos con los que llegarían a su destino invirtiendo menos tiempo y dinero. Asimismo, lo anterior se debe a la escasez de vías habilitadas para los vehículos alternativos. En las siguientes líneas, se abordará de qué manera estos factores contribuyen al caos vehicular en Lima.
Por un lado, la mayor parte de la población prefiere comprar un automóvil para movilizarse, ya que es el medio de transporte más cómodo. Un auto particular es mucho más conveniente que una bicicleta o un scooter, ya que uno viaja sentado, cuenta con la comodidad de un equipo de sonido y puede regular la temperatura. En otras palabras, este tipo de vehículo es considerado un símbolo de status. Para la sociedad, quien posea un auto propio es una persona exitosa comparada a alguien que viaja por transporte alternativo. De esa forma, se refuerza la elección del público hacia la compra de un automóvil. Según Noroña (2009), parte de la población no utiliza transporte alternativo, porque los scooters son inseguros e incómodos. Además, la bicicleta, debido al pedaleo, demanda mucho esfuerzo físico. Asimismo, usando un scooter uno viaja parado y en una bicicleta uno está expuesto a cualquier accidente.
Sin embargo, la falta del transporte alternativo no solo se limita a lo anterior. Según el Instituto Nacional de Salud (2017), el 70% de adultos en Perú sufre de sobrepeso u obesidad. Estas cifras alarmantes se deben a la falta de hábitos saludables en nuestra sociedad. Usar una bicicleta demanda mucho desgaste físico; por ello, a las personas que tienen un hábito sedentario les costará bastante esfuerzo transportarse de esa manera, por lo que preferirán trasladarse en un auto particular. Por otro lado, existe una escasez de vías alternativas en Lima. Hay cerca de 55 ciclovías en la ciudad. Sin embargo, no están conectadas entre sí por lo que desplazarse de un distrito a otro no es fácil ni seguro. Según Flores Ponce (2016), la ciclovías en Lima fueron hechas para montar bicicleta, solamente, como hobby. Las municipalidades construyeron ciclovías, pero no diseñaron un plan en conjunto para organizarse, pues están diseñadas en la misma pista o veredas, y resta espacio a los autos y al peatón. La paupérrima construcción y organización de ciclovías se ve reflejada por la sobreoferta del transporte tradicional. Como se mencionó líneas arriba, la mayor parte de la población prefiere usar un auto. Esto causa que los alcaldes y municipios concentren su atención a implementar y mejorar solamente las pistas comunes.
En conclusión, la falta de transporte alternativo es un factor que agrava la congestión vehicular. Sin embargo, aún no se maneja con la seriedad necesaria. Hace falta construir más ciclovías e intercomunicarlas entre sí para que exista un fácil desplazamiento de un distrito a otro. Además, se requiere que las municipalidades proporcionen las facilidades para que más personas se sumen a practicar ejercicios y, de esa forma, consigan el físico necesario para poder usar una bicicleta u scooter. Mi recomendación sería que otros distritos implementen un servicio de bicicletas gratuito para motivar a la población a usarlas y, por otro lado, se concentren en diseñar más ciclovías interconectadas para reducir la sobrepoblación de autos.
R. Palomino